sábado, 29 de abril de 2017

Somos polvo, somos nada.

Caen sus hojas y desamparadas vuelan,
El viento se las lleva, sin destino alguno.
¿A dónde van a parar todas aquellas doradas hojas?

Siguen vivas en mi recuerdo,
Pues han caído en el vacío.
Tan solo sus llantos se perciben 
En este estrépito silencio.

Se convierten en cenizas,
Cayendo en la indiferencia.
Se convierten en nada,
Cayendo en el olvido. 


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